Algún día
quizá,
me iré.
Como quien que no precisa del tiempo
como quien que muerde y araña
como quien no conoce el nombre de las cosas
como la que es sombra y paréntesis
como la que se llueve en los lavabos
como la que entierra un muerto en sus zapatos.
Me iré.
Como la risa inocente de aquellos años azules
como grita si te atreves
como los brazos de mi padre y la voz muda de mi madre
como primaveras en ciénagas hasta el cuello
como la ventana que cayó y dejó a la pared huérfana
Quizá.
Como si hablar a las sombras fuera suficiente, bastara.
como si calmar el dolor de venas fuera imprescindible, curara.
como si llorar cuando nadie te recuerda fuera aceptado, salvara.
Y cuando me vaya,
quizá,
entonces,
la espesura de la noche se llenará de ácido para mis manos
las voces de siempre serán eco y normativa, pero nunca piel y ojos
la ciudad no tendrá nombre ni calles ni respuestas ni cielo
lo negro de tu pecho será carne de lobo para ovejas hambrientas
Único y esquivo
Cómplice y prohibido
Errante y sincero
Palabras, cosas, vidas
Me iré,
y nos poblará la nada.