Abrí los ojos, y ahí estabas.
Me mirabas, no sabía si sentir curiosidad o vergüenza.
¿Qué mirabas?
Lo guapo que soy, evidentemente no.
¿Te estabas arrepintiendo?
Preguntándote que qué coño beberías anoche para acabar desnuda en mi cama.
¿Te estabas odiando?
Pasado los dos segundos de aclimatación a la luz te lanzo la pregunta….
-Buenos días… ¿qué tanto miras?
-Buenos días tonto.Pues qué voy a mirar, lo de todos los días.
Feliz aniversario.
Y así es como sus labios se posaron una vez más sobre los míos.
Y así es, como jamás me acostumbraré a la suerte de tenerla.