Muchos son los que empiezan a etiquetar como arte a las primeras manifestaciones pictóricas encontradas en rocas, grutas y cuevas, creadas hace 40.000 años como en el caso de la Isla de Sulawesi en Indonesia o hace 30.000, en el caso Europeo encontradas en la cueva de Chauvet al sur de Francia. Estas pinturas o animalillos (que podemos contemplar en La Cueva de los Sueños Olvidados de Werner Herzog) tenían un fin, estaban creados para satisfacer una mágica y divina necesidad, no eran manifestaciones artísticas en el estricto sentido de la palabra ARTE. Pero aun así, podemos adivinar en cada trazo, en cada mancha, en el intento de de crear volumen aprovechando las prominencias y texturas de la piedra , una sensibilidad que superaba el instinto, la pulsión o la mera necesidad de alimentarse y se adentraba en un mundo metafísico, donde el termino de belleza se empezaba a dibujar y en donde en cada nuevo ciervo, oso, mamut, jabalí se pulía el concepto de perfección, entrando en la Teoría Mimetica, donde el objeto deseado requiere de la mediación de un modelo. Y es así como en origen concebimos el arte, plasmar en un lienzo un objeto, un paisaje o una persona teniéndolo como referente para recrear esa imitación en nuestra obra, y esto sería, por ejemplo, lo que nos podríamos encontrar en el Museo del Prado.

Pero cuando nos encontramos con Merda d’artista de Piero Manzioni, con el urinario de Marcel Duchamp, con el Dripping de Pollock o las cajas de detergente de Warhol, esa sensibilidad, esas referencias a un ideal de belleza se nos hunden, nos atemoriza, nos repelen, nos rompe el esquema de lo que realmente es para nosotrxs el arte, de lo que el arte «debe ser». Y este es el momento idóneo, en el que hacemos las divinas comparaciones y a rememorar esos cuadros que algún día nos enseñaron en la escuela (y que no hemos vuelto a ver mas)  y a evidenciar que eso del ARTE CONTEMPORÁNEO es:

Una especie de saco de inmundicias a donde van a parar las obras –mamarrachadas-, los artistas –unos cínicos- y la política expositiva que gasta el dinero en “cosas insultantes” .

Pero que pasaría si ese sueño, ese deseo de hacer desaparecer todo lo que NO nos parece ARTE se cumpliera, (como Aurora Fernández Polanco plantea en Formas de mirar en el arte actual) que la experimentación o poner en jaque a la opinión publica, o rebelarse contra los cánones, nunca hubiera pasado. Y que el arte solo fuera la mimesis, la perfección, como las uvas de Zeuxis, que hasta los pájaros bajaban en bandadas a picotearlo de tan realistas y jugosas que parecían los frutos. Pues quizás, como posteriormente tuvo que hacer Zeuxis con sus uvas, tuviéramos que cubrirlas para no devorarlas, o encerrarlas en grandes edificios donde esporádicamente las contemplásemos para admirarlas, o inclusive, solamente encerrarlas y conocer de su existencia en los libros de texto o historia.

Creo que es aquí donde aparece ese arte nuevo, distinto, para romper los moldes,donde ya no es solo contemplar un lienzo, no es solo una maravilla (maɾa’βiʎa) un objeto de admiración, ahora se transforma tanto la forma de mirarla, como el objeto en sí, esto mas o menos de lo que va el Arte Contemporáneo. Es verdad que parece que este arte esta limitado, que es inalcanzable, que si ya de primeras nos asusta y nos alejamos de los museos de Arte Contemporáneo, parece que también la propia obra se vuelve imposible a nuestro entendimiento, y no quiere saber nada de nosotrxs, reniega de potenciales receptores, espectadores y solo se hace visible a unxs pocxs, a una élite intelectual que desde los cielos esgrime con dos palabras a un folio de papel arrugado en una bola (“A sheet of paper crumpled into a ball” de Martin Creed ). 

Y es aquí donde entra la Universidad Popular del Centro de Arte Dos de Mayo, que en su séptimo curso y nacido con el fin de hacer a este Arte incomprendido un poco mas cercano, nos brinda la oportunidad de poder disfrutar a todxs lxs que nos perdemos en el museo; a lxs que nos preguntamos si ese pañuelo tirado en el suelo, se le ha caído a alguien o forma parte de la obra; a lxs que hace mucho pensamos que «eso» no merece ser ARTE; a lxs que ni siquiera se lo han planteado; a lxs que quieren, de una maldita vez, poder abordar otros museos como el Reina Sofía o el 2 de Mayo sin temer a lo que pueda haber dentro, un curso dirigido a TODXS.

Pero…¿ESTO ES ARTE?

• Los Miércoles a las 18:30 en el Centro de Arte Dos de Mayo, Avda. Constitución, 23 (Móstoles).
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