Provócame ante el resto del mundo
como los cerezos provocan en primavera,
que rosados se abren en La Tierra,
en campos de árboles de marfil.
Quiero que grites mi nombre al aire
y que yo te oiga sin escucharte,
sin saber qué piensas en mi nombre
en forma de ocaso y calidez.
Deseo verte sin apreciarte
y acariciarte sin rozar tu piel,
arañar tu vello erizado en arte,
escondido entre ramas sin palidez.
Anhelo observarte en los ecos de valles,
ahogando suspiros en forma de aire
sentidos a trasluz que admiro entre arbustos,
hendidos en la tierra del horizonte
-que hizo de amor mi ego-.
Y lloro a tus escombros que tanto me escuecen,
caen como hojas de árbol perenne;
sueños perdidos tan firmes que mienten,
y caen o nadan como peces,
hay tantos.. ¡tantos que estremecen!
Aún así… Próvocame ante el resto del mundo.
Fotografía: Canal de Camden Town, Londres 2015 (Marina Crovetto)