Una vida.

Un buen día, decidí reemplazarte. Reponerme de tu huída. Empecé cambiándote por el cine, pero los malditos finales felices sólo me recordaban que efectivamente sólo pasaba en las películas. Luego lo intenté con la escultura, llené mi casa de muñecas de barro, extrañamente, todas tenían tus pechos. Acabé barriendo los trozos, como hace un tiempo… Seguir leyendo Una vida.