Gipsy jazz en Barcelona: El encuentro definitivo

Cada jueves a las 21:00 la aventura está servida con jams de Gipsy Jazz y Swing Balkan. Para los amantes del jazz y del swing en todas sus formas, especialmente en sus formas más intensas, ésta es vuestra cita. El maravilloso despacho cultural “El Arco de la Virgen” en la calle Virgen de Barcelona abre sus brazos a todo tipo de forma artística, alternativa e única. Y es que sólo con entrar uno lo percibe, hay algo más que especial en este lugar, buena energía, ganas de compartir arte, hay amor. Sólo al entrar te hacen el carnet de socio y por 5 euros puedes disfrutar del íntimo espectáculo con una copa de vino o con una cerveza bien fresca. Mitad gente de Barcelona mitad desde todos los países imaginables, allí se difruta y punto.

Antes de ir al espectáculo no entendía muy bien el concepto “Swing Balkan”, y de hecho no tiene nada que ver con el swing que se baila en las plazas de Gracia cada domingo. Para los que desconozcan qué implica que la música sea balcánica, quizás no descubriréis la música tradicional más auténtica de la Exyugoslavia, pero su esencia si. Ésta esencia es una mezcla entre nostalgia, fatalismo, mucho talento y ganas de pasarlo bien. Canciones largas que empiezan tristes, tranquilas y suaves pero terminan con el ritmo base (acordeón y contrabajo) más rápido que uno se puede imaginar y con los dedos mágicos de un clarinete o una guitarra. Además, el ritmo y sus melodías acostumbran a ser muy poco intuitivas, a uno le puede costar en ciertas canciones identificar las frases y cuánto duran.

Pues sí, con todos estos sentimientos me encontré el pasado jueves. Dos miembros de la fantástica Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra (acordeón y contrabajo) Mattia Schirosa e Ivan Kovacevic, dos guitarras y un clarinete de mucha calidad. Empezaron con canciones poco balcánicas como “Je suis seul ce soir”, que nos recuerda tanto a Woody Allen y a su “Midnight in Paris”. Pero poco a poco fueron incorporando un jazz más intenso como con el “Love me or leave me” de Nina Simone, con un toque diferente claro, no es nada normal escuchar este tema con un acordeón y sin voz en ningún momento. Así, los toques balcánicos fueron llegando hacia el final de la actuación de hora y media, casi siempre abriendo el tema el clarinete y luego pasándose la pelota de la forma más natural entre todos ellos. En algun momento hasta me imaginé en medio de una película de Emir Kusturica, viviendo alguna situación fatídica y surrealista.

Este jueves, más y mejor, mezclas musicales, público mezclado y sólo hace falta que dejes que tus sentidos se relajen y disfruten.

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Alba Comadran

Alba Comadran

Soy una periodista musical de Barcelona. Mis debilidades son la música negra y la balcánica, aunque mi curiosidad sobre el terreno internacional no tiene fin.

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