Qué vais a saber los que no admiráis el mar sin el rompeolas;
el paisaje por temor al precipicio.
Los que echáis los cerrojos cuando llueve
por el fango en las botas y las nubes en el pelo.
Qué vais a saber los hipocondríacos bajo las sábanas.
Los que huis del puente por sus cimientos.
Los que estáis listos treinta y dos minutos antes
de que pase el autobús.
Aquellos que evitáis el sol porque ciega
y la noche porque escarcha.
Y los besos, porque sanan y dañan y cavan
y caben en la herida de la que os escondéis;
pero nunca salvan y es por eso que los negáis.
Para qué os voy a escuchar.
Qué vais a saber.