Regalos a destiempo

En este murmullo de gente atolondrada, de árboles a los que se anudan promesas doradas, de boletos con los que comprar suerte a 20 euros, con la marea mansa subiendo por preciados, mientras que miles de personas se deslizan por billetes y pasajes a lo efímero; a mi me sobrevive un pensamiento.

Y entre tanto ver sin ver, comprar por comprar yo leo un libro de labios que ya no dicen te quiero sino “quiero”, de ojos quemados por el deseo. ¡qué clasista soy a veces, qué trascendencia la que recorre una y otra vez mi sentimiento!

Pero ¿acaso en éste mundo vertiginoso, fácil, cómodo, hay espacio para el sueño inmaterial, aquel que permanece en nuestra existencia, aquel que no se extingue el 6 de enero fecha periódica de vuelta a la rutina y de televisores que anuncian la cuesta arriba? ¿En qué momento renunciamos a la vida por la materialidad del presente?

Deberían poner un cartel para los poco espabilados: “Si la felicidad dicen que se compra, el mundo entero está vendido, y sólo hay suerte para quien lleve dos de diez en la cartera”. Deberían hacer anuncios de perfumes que no vendan pulsión sino que te hagan recordar, pantallas de cine que nos recuerden lo que es el arte y nuestra existencia, publicidad que intercambie verdad, telediarios que no hablen de lo caro que está el pescado, si no de que en África también celebran esto de “La navidad”.

Y no es una reflexión en contra de éstas fechas tan señaladas. Estaba tratando de comprar un regalo por Madrid cuando me dio por pensar en la sociedad de excesos en la que vivimos. Y quien no sepa que lo poco de verdad vale más que lo mucho de mentira, que pase la noche en El corte inglés que ya le llegará la soledad.

Por cierto, he comprado un perfume de esos que venden mujeres embalsamadas, elixir de la sexualidad por excelencia (hice un esfuerzo por no comprar un libro incomprendido, aquellos jeroglíficos impresos y mecanografiados a papel que ya casi nadie lee, “cosas del pasado”) espero que le guste. Yo también me dejé llevar por el nacimiento de nuestro señor Jesucristo.

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Paula López Montero

Paula López Montero

Nací en 1993, lo demás es historia

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