No vivas sin ganas,
sin respiración no se vive
se pierde en distancias.
La herencia que queda
del recuerdo atendido
no es más que la dicha
que el dinero no guarda.
No vivas sin ganas,
el arte no muere
porque pinta su almohada
donde llora dormido
mientras sueña en el lienzo
que escucha el silencio
lejano de gustos y tientos.
No vivas sin ganas,
ni creas en dios si no crees,
ni en religiones ni fe,
si esperanza no alcanzas;
porque pedir a veces no basta,
porque la añoranza quizá te atrapa,
de ese sin vivir que se aprecia
de noche y de día en la cama.
No vivas sin ganas,
nadie del amor te salva,
nadie el dolor te envaina,
solo ama si quieres amar,
no por sociedad, ni soledad,
no por poesía, ni vacuidad.
No vivas sin ganas,
no derroches tu tiempo
con segundos de relojero
con mecanismos planeados
sin curvas en los mapas,
que el tiempo no es oro
es solo tiempo que se gasta.
No vivas sin ganas,
no te obligues a viajar,
ni a coger un trabajo
por el que dirán,
no sueñes si no quieres soñar,
no veles por tu entierro,
que llegará.
No vivas sin ganas,
no me ames sin amar.
Fotografía: Rocío Ávila