La pasada edición de los Óscar veíamos como Iñárritu se hacía con la estatuilla a la mejor película por Birdman (a la que ya le dedicamos unos meros apuntes, y que sin duda, es una obra magistral, espléndidamente conectada, y que retrata como sólo él sabe hacer, una reflexión que va desde el panorama Hollywood-Broadway, la Sociedad Estadounidense con ese clima que empieza a dejar entrever la fractura entra la fama, apariencia, y la soledad en el mundo).

Hacen falta películas como ésta, y sobre todo reflexiones dentro de la Academia Estadounidense. Para mi gusto, aunque Birdman sea el cenit de un pensamiento que viene desarrollándose a lo largo de su carrera, creo que son Babel y Amores Perros donde mejor se aprecia el matiz reflexivo que hace alarde la filmografía de Iñárritu. Rescato unos apuntes sobre Babel, que es (para mi gusto) donde se deja ver con claridad una filosofía posmoderna que pone en tela de juicio algo que hemos venido consumiendo sin ninguna criba crítica: La Globalización, y su doble cara.

“Babel” hace alusión al mito, en la tradición judeo-cristiana, de la torre de Babel, en el que se explica, en líneas generales, como Dios genera una incomunicación entre los hombres dándoles a cada uno una lengua. Como todo mito, este también tiene una función educativa, y en este caso es la explicación que el Antiguo Testamento da a la existencia de diferentes lenguas en los diferentes países. El mismo Iñárritu retoma el mito para desmitificarlo y adecuarlo a una sociedad que en su multiculturalidad es incapaz de establecer vínculos más allá del estereotipo y que desvela las heridas de la civilización.

“Lo mejor de Babel fue que empecé rodando una película acerca de las diferencias que separan a los seres humanos, las barreras físicas y el idioma, pero en el camino me di cuenta de que estaba haciendo una película acerca de lo que nos une, el amor y el dolor” (González Iñárritu, 2007).

El logro del director es el poner en conexión-desconexión cuatro culturas muy diferentes (Japón, México, Estados Unidos y Marruecos) Potencias, subpotencias, Oriente-Occidente, Norte y sur, en definitiva, mundos desconectados. Y la forma que tiene Iñárritu de desenmascarar la falsa globalización no es más que utilizar el mismo arma que desenvuelve la mayor superpotencia mundial: El prejuicio-estereotipo. Así accedemos a una historia cuyo eje principal es la sociedad Estadounidense (matrimonio entre Brad Pitt y Cate Blanchett ) al que se van adhiriendo los subrelatos, como efecto mariposa que acaba siendo bucle del que se podría hacer una metáfora sobre el devenir histórico.

Siguiendo con el tema de la difícil comunicación entre las diferentes culturas, hay un eje importante que se pone de manifiesto en el film, y es la importancia de los medios de comunicación en esa aparente globalización. El acceso hoy en día a la realidad deberíamos preguntarnos ¿cuál es?… Y la respuesta, por muy románticos que seamos siempre es: Internet, la televisión y en menor medida la prensa escrita. A mi por lo menos, tras ver Babel se me queda en el paladar una cuestión: ¿Quiénes son en realidad los que dirigen nuestro acceso a la información?: Los grandes poderes, las grandes superpotencias y compañías multinacionales. Y sigue siendo idílico pensar que el periodismo nos da una realidad pura, porque no hay nada más manipulador que una selección (por muy inocente que sea) de la información mundial… ¿qué es más importante el índice bursátil de EEUU, o que en África siguen en guerra, y se mueren de hambre? Hablan por si solos.

Pero ahí está Iñárritu para incomodarnos en la butaca, para hacernos reflexionar sobre la Globalización que es una pura estrategia de mercado, donde los que no compensan se quedan fuera. Y no es el único que hoy en día pone sobre la mesa este tipo de reflexiones, se me ocurre el gran filósofo Zizek que desmitifica toda ideología y todo sistema capitalista y que tiene documentales muy interesantes como The Pervest Guide to Ideology, o el español Isaki Lacuesta que con su último y satírico film nos remueve y reflexiona sobre la Crisis mundial y española con Murieron por encima de sus posibilidades.

Si tuviese que hacer una selección de películas para repensar el mundo globalizado sin duda esos tres títulos vendrían los primeros. E Iñárritu en cualquiera de sus películas me parece un excelente director, pero sobre todo guionista.