Mentiría si te dijera que voy a quererte más de cinco minutos al día
y no llego a la semana,
lo siento,
soy una escopeta de tiros inverosímiles
con complejo de soga de acero.
Te juro que he tratado de hacer apología al amor,
y vivido a base de clavos y llagas,
pinchazos, golpes y caricias indiscretas
que han desembocado en treguas efímeras
y en adicciones galácticas.
Pero tú eres la antítesis que arrastra la gramática,
el miedo rasgado por la rabia episódica,
un desfile de Hades que emite melancolía,
por muy irónico que resulte.
Una lluvia de falsos augurios,
abrazos oxidados en forma de megáfono,
un equilibrista que tienta al hastío
y coquetea con el acento moribundo del dolor.
No sé, he intentado quererte al por mayor
y de reojo,
y componer presagios de amor
con gramos de lógica,
descargar la privacidad de los besos
y he disparado versos contra tu cuerpo.
Quizá en otra cárcel.
Quizá bailemos entre cenizas.
Autora del poema: Paloma Lubillo
Blog: Abre los ojos