Desnúdate, dijiste.
Y te escribí un poema.
Besos, dijiste. Y a mí me supieron a versos. Cobíjame bajo una muerte, te dije, así, pequeña y firme.
Solo supiste abrazarme, hacerme loca, iracunda, femenina, aturdida, y otra vez loca, muy loca.
Besos, muerte. Porque dentro de un beso todo muere y la misma muerte es un beso silente.
Volvió a pedirme que me desnudara. Pero esta vez no escribí un poema. Abrí mis brazos y quedé deshabitada.
Desnúdame, te dije.
Y deslizaste un verso por la curva de mi pecho. Acaríciame, te dije.
Y fuiste poesía sobre mis sentidos.
Autora del poema: Verónica Calvo
Blog de la autora: Tinta de Sueños