Tal vez el error fue usar imperativos y no advertencias.

Me imaginé unas manos acariciando a mi ausencia y me desnudé en un intento absurdo de que apareciesen. Escuché disparos y esperé ver sangre. Y en lugar de muertos, me encontré a mí. No supe qué hacer con tanta nieve y me quedé quieta esperando a que lloviera. No lo hice. Le puse nombre de… Seguir leyendo Tal vez el error fue usar imperativos y no advertencias.