Y claro.

Y claro, la muy descarada entró tarde a clase y para colmo de mi corazón, se sentó a mi lado. Caminaba con su porte de Pasarela de Cibeles, su espalda recta, sacando a relucir sus tetas redondas, presumiendo de curvas y barrancos, ahogando a estudiantes gordos con granos en lagos de babas por su forma… Seguir leyendo Y claro.