«Al volver de su ultima misión, Marco Polo encontró al Kan esperándolo sentado delante de un tablero de ajedrez. Con un gesto lo invitó a sentarse frente a él y a describirle con la sola ayuda del juego las ciudades que había visitado.
El veneciano no se desanimó. El ajedrez del Gran Kan tenia grandes piezas de marfil pulido: disponiendo sobre el tablero torres amenazadoras y caballos espantadizos, agolpando enjambres de peones, trazando caminos rectos u oblicuos como el paso majestuoso de la reina, Marco recreaba las perspectivas y los espacios de ciudades blancas y negras en las noches de luna.
Al contemplar estos paisajes esenciales, Kublai reflexionaba sobre el orden invisible que rige las ciudades, las reglas a las que responde su surgir y cobrar forma y prosperar y adaptarse a las estaciones y marchitarse y caer en ruinas.»
Ciudades Invisibles, Italo Calvino
Ilustración Bett