Cuando me siento sola y te echo de menos soy capaz de imaginarme las cartas que escribes de noche, como si no tuvieran lugar en nuestra época. Son larguísimas, con una perfecta y tumbada caligrafía y trazadas con una pluma sobre un papel enrollado y amarillento. Me imagino tu escritorio de madera de roble, mientras… Seguir leyendo El Escritor Imaginado