-Piénsalo, ¿qué harás el día en el que seas feliz?
¿Qué pasará el día en el que pierdas el miedo?
Porque ese día llegará, lo quieras o no.
No será conmigo, ni con esa, ni con esa.
Ni siquiera con esa.
Pero quizás con esa.
Y entonces, ¿qué harás?
-No lo sé…
No quiero dejar de escribir.