Imagina un gran recinto en donde todo detalle esta cuidado al milímetro y donde cualquier persona es bienvenida y acogida. Los Sijs, deben realizar durante su vida labores de voluntariado y es por ello que todo el funcionamiento del templo se realiza con su mano de obra. Desde la zona donde cualquier persona puede dormir hasta las cocinas que continuamente sirven comida y «chai» para los visitantes, todo de manera gratuita y con una sonrisa en el rostro. El templo, debe ser visitado por cualquier Sijs al menos una vez en la vida y su arquitectura esta inspirada en el pensamiento de esta religión.
Los peregrinos hacen largas colas para visitar en templo dorado situado en el centro del lago y en las habitaciones de los muros del recinto puede visitarse el impactante museo Sij donde se muestran las fatalidades que sufrieron por parte del imperio Mughal.
Una verdadera experiencia que no se debe dejar pasar en la ciudad de Amritsar, en Punjab, India.