«29 de Junio de 1791
Es mi amor y es para adorarte. Me encuentro muy inquieta por ti, saber todo lo que podrías estar sufriendo y no tener noticias. El cielo permitirá que esta carta te llegue. No me escribas, pues nos expondrías a ser descubiertos, y sobretodo, no vengas aquí bajo ninguna circunstancia. Ambos sabemos que tú fuiste lo que nos hizo salir de aquí; lo perderíamos todo si aparecieses. Nos vigilan día y noche; no importa. No estás aquí. No te preocupes por mi, no me pasará nada. La Congregación nos trata con dulzura. Adiós, al que más he amado entre los hombres. Estate calmado si puedes.
Cuídate, por mí. No puedo volver a escribirte, pero nada en el mundo me puede hacer dejar de adorarte hasta la muerte.»
Marie-Antoinette
Vía: Des Lettres.