El tiempo no llama dos veces, pero nos cuelga tres.

No tengo miedo, pero vivo con la inseguridad de quien sabe que en cualquier momento se le va a caer la casa encima. Llevo demasiados escombros destiñendo la habitación en el ventrículo izquierdo de las torres que has ido derrumbando y yo sigo estando hecha una ruina, pero ahora sé mirarte a los ojos y… Seguir leyendo El tiempo no llama dos veces, pero nos cuelga tres.