Mis naipes son los que ves,
sólo tengo un rey
no llevo ases en las mangas
ni siquiera llevo mangas
estoy desnuda
aquí tienes mi piel descubierta con tus huellas dactilares al aire
todavía visibles.
Me muestro tal como soy:
un castillo de arena en un día de excursión colegial a la playa
un cigarrillo mojado.
No voy a ir de búnker porque no hay quien se lo crea con estos ojos llorosos.
No soy fuerte, pero tengo amigos con cerveza.
Cuídame otra vez.
Recompón mi cuerpo deshilachado
teje los hilos que se vuelan y cuelgan de los cables de alta tensión
que se posan en los toldos de las tiendas del barrio
en las gradas del campo de fútbol
en los focos del coche con el que iniciaste la ruta sin mí.
Pega un frenazo y deja que te alcance.
Mira mis uñas rotas de aferrarme al suelo del pasado
mientras la vida me cogía por los tobillos
y estiraba.
De todo aquello sólo quedan las marcas en el parqué.
Ahora es hoy
y mi ropa ya está seca.
No te pido que vuelvas
quiero que vengas
al nuevo invierno
a gritar conmigo que ahora sí.
Te espero en este sofá naranja
sin trucos
sin espinas
sin goteras
con calcetines nuevos.
Qué más da que el futuro sea negro:
combina con nuestras camisetas.