Quiero envenenar los malos recuerdos para poder matarlos mientras duermen.
Quiero salir y dejar las puertas cerradas con llaves que acabaré tirando en algún puente, alejado del ruido y del miedo, muy lejos de mi mente.
Quiero arrancar de mi el peso y sus cadenas, el amor que terminó sonando hueco, la no despedida de mi madre, el llanto de las sirenas.
Quiero quedarme con la ciudad en la que nací y sus precipicios, con sus lluvias, sus calles grises y ese olor eterno a sal.
Quiero amarrarme a mil posibilidades, a un futuro complejo y a la vez que bello, inestable.
Quiero enamorarme de historias, de lugares y almas únicas, ir explorando lo que el destino ansíe regalarme.
Quiero hacerle el amor al arte y que me susurre que siempre podré quedarme.
Quiero vivir arriesgando y morir sabiendo que lo di todo, que nunca me paré por nadie.