Cientos y cientos de días

ME CONFIESO. Casi treinta otoños ya, para comprender que un año no fueron cientos y cientos de días. Diciembre en un cajón, y huir. Huir de la sal, como se huye de las tinieblas, de la luz que cautiva a la bestia. Huir, con pasos cansados de medir en distancia. Huir, y gritar versos en… Seguir leyendo Cientos y cientos de días