“Asistir un sábado por
la tarde a una librería
sin sopesar
los tontos que éramos
que plagiábamos hasta la
desdicha y el suicidio.”
Martha Kornblith
Hay un gato viejo que maúlla
mientras orina la entrada
oxidando el portón
y el filo de una cuchilla
en mi mirada.
Hay dos árboles amenazando con caer
desde hace años.
Yo nací con la memoria de unas manos frías
y una revolución temerosa en la nuca.
Yo vi a la muerte caer de costado
y vi el futuro llegar
a mirarme con lástima.
Nunca aprendí a volver,
aprendí a recordar mis muertes
y a inventármelas.
Vi rostros morder la tierra
gritar incluso de pánico
descubrí que eran los míos
y sentí un estallido.
Eran tristes las voces de los que partían
La gente me aplaudía
pero no me salvaba
y la muerte no supo corregirme.
Hoy vomito Prozac y veo,
por la ventana,
al mismo gato viejo que me ha sobrevivido
con los años.