Wanderer

Y no podía dejar de mirarte

Y no podía dejar de mirarte.

Porque eras llama y trueno. Porque tus pupilas ardían y tu azul se deshelaba.

Porque la realidad paró en su giro y el tiempo en su órbita.

Porque en un solo instante no existía más que tu boca desmadejándose.

Porque no asomaban palabras, ni existen palabras que describan.

 

Y yo no podía dejar de mirarte.

Porque cuando abriste los ojos te vi completo. Te vi vulnerable y sentido,

te vi expuesto, herido, humano, contraído en millones de esquinas

que se redondearon sin preaviso.

Salté al vacío sin pensarlo, me dejé ir, atravesé tus corrientes, tu complejidad hecha olas.

Y pude verte auténtico. Y me sumergí en tu vorágine.

Y juro por mi vida que murió una estrella porque tanta belleza no cabía en un mismo universo.

 

Y, maldita sea. Ya no puedo. Ya no puedo ni podré jamás…

dejar

de

mirarte.

 

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Iciar Serrano

Iciar Serrano

Madrid 1990. Licenciada en Periodismo. Estudiante de Profesor de Español como Lengua Extranjera en el Instituto Cervantes de Hamburgo (Alemania). Adoradora de atardeceres, olas de mar y tazas de té. Buscadora insaciable de acordes que me roben el aliento. Perdida siempre en letras, ya sean de tinta o tecla, leídas o escritas. Karateka, aprendiz de bajista, actriz teatral amateur, cinéfila, entusiasta de los idiomas y cocinillas. Bienvenidos a la pequeña burbuja desde la que miro el mundo.

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