Birdman o La inesperada virtud de la ignorancia

La última película del mejicano Iñárritu, se configura dentro de las mejores propuestas de éste año y de la Gala de la Academia de Hollywood, los Oscars. En un debate muy interesante con Hotel Budapest (apuesto a que la carrera a la mejor película dejará a los otros títulos tras una estela muy larga). Aunque por supuesto, menciono el buen cine que se ha llevado a cabo durante el último año.

Parece mentira, pero lejos de ese choque vertiginoso donde se encuentran violencia y realidad, globalización e incomunicación, Iñárritu nos regala una puesta en narrativa muy diferente. Pero no sin fondo. Es difícil tener fe en el ingenio del autor cuando ya nos regaló todo un palmarés de grandes títulos y grandes reflexiones (entre mis preferidas Amores Perros y Babel, pero de recomendación también son 21 gramos y Biutiful). Pero Birdman, en ese punto y seguido de su carrera sigue poniendo en cuestión la pérdida de creatividad del director. Y tiene que ver mucho con el cine y el teatro.

Si tuviese que resumir la esencia del film diría: La metáfora de la vida como teatralidad y la imposibilidad de encontrarse en un juego de máscaras y espejos llamado sociedad del espectáculo o Posmodernidad. Vivimos en tiempos en los que es difícil desprenderse de esa fachada creada para poder vivir en sociedad, difícil desprenderse de un individualismo exagerado por la moda y sin sintonía con el yo. Vivimos tiempos donde las teorías del drag y el camp ponen en entredicho la concepción genérica, y nos hacen ver que la construcción del yo viene de la mano de la construcción social del mismo, y sólo se puede salir de ella usando su propia arma: La ficción, el exceso, la exageración.

Y esto es Birdman, un actor carcomido por la máscara pasada de un superhéroe, de lo que el público reclama de él, de lo que es y no es, de los delirios de esa fractura de identidad, de la búsqueda de la trascendencia para superar todo ello. Es un diálogo interesante sobre el cine como teatralidad, sobre las sombras que cubrieron a otros dramaturgos excepcionales como Shakespeare, Cervantes o Calderón.

Referencia directa a Macbeth: “Life’s but a walking shadow, a poor player (…) That struts and frets his hour upon the stage (…) And then is heard no more: it is a tale(…) Told by an idiot, full of sound and fury,(…) Signifying nothing.”

Y a Cervantes: Thomson y su personaje se acercan claramente a un quijotismo contemporáneo.

Fotograma Birdman-1
Fotograma Birdman-1

En clave filosófica vendrían reflexiones como la muerte del autor y de los grandes relatos, los excesos de una sociedad mediática que poco valora el arte y se regala al consumismo y a una industria de superhéroes. En torno al acto mismo de creación, la escritura como ausencia, la máscara como ocultamiento y poder ser. El peso del pasado, y la imposibilidad de recuperar el sentido en una sociedad sin él.

Por cierto, ya que esto no es una película de superhéroes aunque pueda parecerlo (no lo esperéis porque os llevaréis una decepción), me parece cercana a la vez que diferente a El caballero oscuro de Nolan. Ninguna tiene desperdicio, hablan de lo mismo y no, una con tinte fatalista y catastrófico y la otra con aire melancólico-perturbador. Pero en esencia, la máscara del superhéroe se pone en tela de juicio y nos aporta una reflexión sobre la sociedad misma.

Fotograma Birdman-2
Fotograma Birdman-2

Hablando de puestas en escena, tiene una fotografía espectacular, unos movimientos de cámara flotantes que recorren toda la escena a la manera de la levitación de Birdman. ¿Acaso la cámara no tiene el mismo grado de ego que el protagonista? Y lo mejor hay un plano circular frente al espejo que pone en juego esa disolución del yo con la cámara (es impresionante como puede esconder las huellas de la narración).Las actuaciones son estelares, propias de lo mejor de Broadway. Sin duda a Michael Keaton le puede valer el óscar, pero también están alucinantes en su papel Emma Stone y Edward Norton.

Fotograma Birdman-4
Fotograma Birdman-3

Un último “por cierto”, La inesperada virtud de la ignorancia, no me parece sólo un intertítulo propio para el personaje y la película, sino una interpelación a los espectadores. La Posmodernidad y la ironía de la ignorancia como virtud.

Fotograma Birdman-3
Fotograma Birdman-4

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Paula López Montero

Paula López Montero

Nací en 1993, lo demás es historia

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